El Caballero Oscuro y la Locura

batman de lego naciendo de un huevo

Hablar de Batman es hablar de Locura. Locura y Caos. Pero, ¿quién realmente está cuerdo? ¿Acaso presenciar el asesinato de tus padres en un callejón infesto no te predispone a quedarte un poquito gagá? ¿Acaso que la venganza sea el motor de tu vida no te hace recorrer los pasadizos más oscuros del alma humana? ¿Acaso ser el protector clandestino de una ciudad no atrae más a la locura? Christopher Nolan nos presenta en esta segunda película de su trilogía a un Batman ya asentado. Ya no es el Bruce Wayne con capa y máscara de Batman Begins. No. Aquí vemos a Batman. El hombre murciélago. El guardián de Gotham.  

Los índices de criminalidad, gracias a su ayuda y a su tándem con el comisario Gordon han caído en picado. Aun así, recuerda, la locura atrae a la locura. El ser un tipo que va enmascarado combatiendo el crimen tiene sus cosas buenas. Sí. La ciudad está más protegida. Es una Gotham nueva. Seres de luz como el fiscal del distrito, Harvey Dent, aparecen para terminar de limpiarla, ahora sí, desde la legalidad. Aun así, todo tiene su lado oscuro. Su revés. Su cruz. Criminales cada vez más peligrosos se acercan a Gotham para medir sus fuerzas frente a Batman. La película nos plantea el dilema moral de si nuestro protagonista es el salvador de Gotham o el que la está condenando a que cada vez aparezcan nuevos demonios. Y, uno de esos demonios, su rey, el mismísimo diablo, el príncipe de la locura, es Joker.

figurita de porcelana del Joker de Heath Ledger, de la película El Caballero Oscuro de Christopher Nolan (2008)

Heath Ledger en esta película nos regala su última actuación. Y digo nos regala, porque por mucho que paguemos por ver esta película no será suficiente. No. Ledger nos deja ver la locura que hay tras sus ojos. Nos creemos al criminal que interpreta. Nos creemos a Joker. En cada escena que sale llena la pantalla. Desde su vestimenta, polémica por no parecerse a los comics, pero icónica tras el éxito de esta película, hasta sus diálogos, donde el CAOS se manifiesta en cada palabra. Eso sí. Un caos comedido. A pesar de ir pregonando que a él lo que le gusta es crear el caos, cada plan que lleva a cabo es maestro y medido al milímetro. ¿Te habías dado cuenta? La primera escena, la del banco. Tiene planeado hasta el momento exacto en que un autobús se estrellará en la fachada y matará a quien quiere matarle a él. Vamos, no me jodas. Si eso es caos…pero, ¿a qué no te habías dado cuenta? ¿A qué era el rey del despiste? Sólo te diré un nombre que hizo posible que te creyeras a un personaje cuya conducta es opuesta a sus palabras y, aun así, cuando el personaje te viene a la cabeza, recuerdas sólo estas últimas: HEATH LEDGER. Por supuesto, no podemos dejar pasar la oportunidad de hablar de mi escena favorita y, sin miedo a equivocarme, la de muchos. Esa escena en la que Joker sale vestido de enfermera del hospital tras visitar a Harvey Dent, quién ya casi es el villano Dos Caras, y se dispone a volar el edificio con explosivos. En la mano tiene el accionador para detonarlo todo. Va él andando muy badass. Pulsa el botón que hará saltar todos por los aires… y no ocurre nada. Se da la vuelta. Extrañado. ¿Por qué no ha explotado? Se cabrea y lo paga con el accionador. Se vuelve… loco. ¡BOOM! Ahora sí, ¡corre Joker! Hilarante y muy crazy a partes iguales. ¿Sabes qué? Seguro que sí, porque eso lo sabe todo el mundo: esa escena es improvisada. FLIPANTE.

Funko de batman

En definitiva, esta película habla de la Locura y de cómo la Locura llama a la Locura. No hay ninguno bueno. Ninguno cuerdo. Todos están tocados del ala. Hasta Alfred, el fiel mayordomo de Bruce Wayne, deja que la locura se mantenga. No está loco, pero sí la permite. ¿Qué otra casa podría hacer nuestro querido Alfred? Batman y Joker son dos caras de la misma moneda. Dos gemelos con diferentes motivaciones. Dos gotas de agua que, por azares del destino, una decide combatir el crimen y la otra provocarlo. Uno no puede vivir sin el otro.

Pues nada, me despido hasta la próxima. Espero que, leyendo estas palabras, primero, te haya servido para entretenerte y, segundo, que te hayan dado unas ganas terribles de disfrutar de esta maravillosa película: EL CABALLERO  OSCURO. Además, te invito a ahondar en la locura de dos personajes icónicos de la cultura pop y, si el tema de la locura no te atrae, en esta película también hay acción. Mucha acción. ¡PIUM! ¡POOM! ¡BANG! ¡BOOM! ¡YO SOY BATMAN!

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